La representacion de la maternidad en la Religion Cristiana

LA MADONNA SIXTINA

 

“La Madonna Sixtina es un cuadro del artista  Rafael Sanzio, pintado aproximadamente entre 1513 y 1514. Se conserva en la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde (Alemania).

El lienzo de la Virgen, el Niño Jesús, San Sixto y Santa Bárbara se caracteriza por el espacio imaginario creado por las propias figuras, que están de pie sobre una cama de nubes, circundadas por un gran telón abierto. La figura de la Virgen transmite la sensación de estar descendiendo del espacio celestial hacia el mundo real, en el que el cuadro está colgado. El gesto de S. Sixto y la mirada de Santa Bárbara parecen dirigirse a alguien que está detrás de la balaustrada en la parte inferior del cuadro (quizás un creyente). La tiara papal, posada sobre dicha balaustrada, sería el nexo de unión entre el espacio pictórico y lo real.

Generaciones de visitantes a la Gemäldegalerie de Dresde han quedado profundamente impresionadas por la forma en la que Rafael representó a la Virgen en esta pintura. Se ha reproducido numerosas veces, hasta el punto de que esta Madonna de San Sixto es un prototipo, la imagen idealizada de la Virgen María, acentuando su carácter espiritual. Por lo demás, el detalle de los pequeños ángeles que están sobre la balaustrada, conocidos como Angelitos, ha sido reproducido y versionado en numerosas ocasiones.

La Virgen aparece desde detrás de una cortina, confiada y aun así dubitativa. La cortina proporciona la ilusión de ocultar su figura de los ojos del espectador y al mismo tiempo de ser capaz de proteger la pintura de Rafael.

El nombre de San Sixto proviene de la palabra latina que significa «seis» o «sexto», y hay seis figuras en el lienzo.

En este cuadro, Rafael, a través de un proceso de depuración iconográfica que libera el cuadro de elementos accesorios, representa no la visión de lo divino por parte de los devotos, sino lo divino que aparece y se dirige a los devotos, aquí no representados sino claramente perceptibles, a través de los gestos y las miradas del grupo sagrado al contemplar la tienda y la balaustrada que sirven de punto de contacto entre lo celeste y lo humano.

Probablemente fue pintada en el año 1505, poco después de que Rafael llegase a Florencia. La influencia de Leonardo da Vinci, cuyas obras consiguió conocer allí, puede verse en el uso del esfumado.

En este cuadro la Virgen María está representada en pie, con un vestido rojo y un manto azul mientras tiene en brazos al Niño Jesús sobre un fondo negro.
A través de algunas radiografías se ha descubierto que en principio a espaldas de la Virgen, a su izquierda, se abría una ventana en forma de arco que daba a un paisaje, mientras que la altura de María de debía a un asiento de piedra.”[1]

 

© 2014 Todos los derechos reservados.

Crea una página web gratisWebnode